Recuerdan que “un ictus, un traumatismo craneoencefálico o un tumor cerebral, entre otras causas, les cambió por completo su mundo de manera súbita. En un instante su día a día dio un vuelco radical. Sus relaciones, sus capacidades y sus preocupaciones nunca volvieron a ser las mismas. Tampoco para sus familias: porque una persona con Daño Cerebral es una familia con Daño Cerebral”, a lo que se ha sumado la pandemia de la COVID-19 ya que durante el ‘estado de alarma’, Ardacea “tuvo que detener su atención presencial”. Con la llegada de la ‘nueva normalidad’ la actividad pudo “retomarse presencialmente en las entidades, cumpliendo al máximo las medidas sanitarias oportunas para que los centros de atención sean siempre entornos 100 % seguros. No obstante, las nuevas olas de contagios que estamos viviendo en la actualidad hacen que el apoyo de todas las Administraciones al Movimiento Asociativo de Daño Cerebral sea ahora más importante y necesario que nunca”.

 

Ardacea recuerda que en sus 10 años de vida, “se han producido algunos avances en el reconocimiento y la atención al Daño Cerebral, pero la mayoría de las reivindicaciones siguen vigentes. Si hace apenas dos años celebrábamos la inauguración de una Unidad de Neurorrehabilitación en el Hospital San Pedro de Logroño que permitía la atención desde la fase aguda a las personas que habían sufrido una lesión cerebral, hoy tenemos que lamentar el desmantelamiento de esta Unidad que ha sido dividida entre el Hospital San Pedro, para atender a pacientes hospitalizados con solo 2 fisioterapeutas, 1Ž2 logopeda, 1Ž2 terapeuta ocupacional y un médico rehabilitador presente en el hospital 3 días a la semana y otra parte del equipo en el Hospital Provincial para el tratamiento ambulatorio con 3 fisioterapeutas, 1 terapeuta ocupacional, 1 logopeda y médico rehabilitador 3 días a la semana”, que empeora la calidad de atención a los pacientes hospitalizados”.

 

El Manifiesto que Ardacea ha publicado con motivo de este Día Nacional, al que se une íntegramente CERMI-La Rioja, solicita a quien corresponda:

 

.- Que se desarrolle e impulse una Estrategia Nacional de Atención al Daño Cerebral que garantice la máxima calidad de vida posible a cada persona con Daño Cerebral.

 

.- Que se cree la categoría diagnóstica ‘Daño Cerebral’, aplicable en el momento del alta hospitalaria. Esta categoría debe contribuir a fijar necesidades y criterios de atención para continuar de manera óptima el proceso de rehabilitación funcional.

 

.- Que se elabore un censo de personas con Daño Cerebral para así dimensionar los recursos necesarios para garantizar la calidad de vida e inclusión social de este colectivo.

 

.- Que se incluya a la familia como parte beneficiaria del proceso de atención, y no sólo como parte colaboradora; con el objetivo de que ésta también reciba la información, formación y apoyo psicológico que se precisa durante todo el proceso.

 

.- Que en los planes de atención sociales y sanitarios se contemplen las necesidades específicas de las personas con Daño Cerebral con mayor vulnerabilidad, como son las personas con daño cerebral severo, los menores con Daño Cerebral y las personas con alteraciones graves de la conducta; así como de sus familias.